Se acercan la época de comuniones, no es solo un ratito, es una etapa de los niños que da fin a la infancia para que empiecen a madurar.
Para un fotógrafo es una magnífica oportunidad para retratar a unos niños y extraer todo de ellos, esa mirada, esa forma de expresarse, su lenguaje corporal, su forma de mirar, de sentarse, todo
el conjunto dice mucho del niño retratado, no es una estampita, es un recuerdo de por vida que hay que hacerlo con dignidad, todo lo que incluyamos en la fotografía de comunión o resta (empeora
la fotografía), o suma, (aporta cosas positivas), es ahí donde el fotógrafo acierta o erra, es cuando la decisión del fotógrafo, la dirección de la pose y del encuadre, y todas las decisiones que
toma, tanto luz, como atrezzo (si lo hay), como el fondo o lugar que este escoge, todo tiene mucha importancia y se verá reflejado en unas fotografías que serán para toda la vida, y si son buenas
seran una de las mejores inversiones.
Otra decisión importante es el soporte de esas fotografías, en una era digital olvidamos que la fotografía ha de ser impresa sobre papel, soportes rígidos, o álbumes, es la forma más bonita y
disfrutable de ver y tocar la fotografía.
Elija bien y con criterio a su fotógrafo, no tome decisiones a la ligera, la fotografía de comunión es una de las fotografías más importante de su vida, y es para la historia familiar.
Pronto...
(organiza tu sesión de estudio o exteriores)